lunes, 3 de enero de 2011

Juan Diego Velásquez: Poemas.


 
Juan Diego Velásquez


 

 

 

 

 

 



1

 El doctor Marx
después de regresar de la biblioteca
con numerosa hojas de anotaciones
saboreó un pedazo de pan con queso
y sé dispuso a la luz de una vela
a redactar la correspondencia al Licenciado Engels:

“Las ideas que se apoderan de nuestra
inteligencia, de nuestra alma, de nuestra
conciencia, son cadenas de las que no es
posible desprenderse sin desgarrarse el
corazón, demonios que sólo pueden vencerse
sometiéndose a ellos.”

Tales palabras han sido tema de polémicas
y algunos llegaron a hacer de ellas
una piedra que quiebra los cristales.
Tan sólo Jenny comprendía y su pezón
recordaba los leves mordiscos que Karl
le brindaba en aquellos momentos cuando los
 sentidos adquirían el valor de sus Teorías.


2.

Se podría decir que el Licenciado Friedrich Engels
era extraño en sus estilos literarios.
En uno de sus escritos abordó la poesía
en tono profético:

               “Un moreno muchachote de Tréveris,
                 un auténtico monstruo, avanza
                 lleno de ira, como si quisiera
                 asir la vasta Luz del cielo
                 y a puño traerla a Tierra. “

Sin embargo los ensayos condensan las fronteras de sus
pupilas:
“Los tejedores que trabajan en sus casas están doblados
 desde la mañana hasta muy tarde la noche, en tanto que
 el calor de la caldera les seca la médula.”

El Doctor Karl Marx
participaba de las opiniones de su entrañable amigo,
quien puntualmente le enviaba el correo
adjuntando una rosa fresca para su amada esposa
Jenny.

En una de las cartas del Doctor  Karl Marx
se lee la siguiente posdata:

“Mi querido Fred: He cogido tu rosa en la oscuridad
y la he esparcido por el cuerpo desnudo de Jenny;
después me he inclinado para identificar con mis labios
su piel entre los pétalos, a la espera de un cálido
gemido que aprueba mi acierto.”

3.
¿De quién heredó el maestro
Vladimir Ilich Lenin
la emoción del verso y qué lo llevó a escribir
el extenso poema,  “Desde el destierro”?

La Historia señala que muchos de sus lectores
luchaban entre la nieve por un pedazo de pan
y las tropas zaristas con sus sables manchaban
de púrpura carmín, púrpura escarlata y púrpura violeta
el blanco paisaje ruso.

De donde se deduce que cuando
Vladimir Ilich Lenin
-maestro del pueblo-
escribía:
             “La flor de la libertad quebrada y deshonrada
               ha sido pisoteada y muerta está por siempre.
                    Los oscuros se fascinan con el Mundo en Tinieblas,                   
               pero en la tierra natal el fruto de esta flor
               ya espera en el subsuelo.”

Lo hacía inspirado en sus lecturas de los grandes guías

proletarios.
Por tanto recurre a la metáfora e incita al pueblo
a tomar las armas y exterminar al Emperador con sus
verdugos.

Es de suponer además que Vladimir Ilich Lenin
líder del Movimiento Bolchevique
tenía en esos momentos poco tiempo para dedicarse
a la intimidad:
por eso su poesía encierra el testimonio
de su acción.

¿De quién heredó
Vladimir Ilich Lenin
la emoción del Verso?

Los soldados apoyados en las tesis del Camarada
Lenin
escribían desde sus trincheras:

  “Amada: La nieve se siente en los huesos, por eso me
    aferro más al fusil. Para derretir este frío y volver
    a tu vientre a recoger otro olor que no sea el de la
    pólvora.”

4.
Nadezha Krúpskaya
llevaba tres días consecutivos
bajo la mirada oficial del Camarada Lenin
Vladimir Ilich Lenin
llevaba tres días consecutivos
bajo la mirara oficial de la camarada Krúpskaya.

Los soldados del Ejército Rojo
llevaban más de tres días consecutivos
aniquilando al Ejército Blanco
bajo las órdenes del Comité Central.

Finalizada la reunión
Nadia en impecable dulzura
guiñó el ojo a Volodia.

Muchos soldados cedieron al cansancio y quedaron
para siempre soñando en futuras estatuas.

Volodia abrió con impaciencia la puerta
y Nadia preparó temblorosa la cama
los soldados Rojos hacían retroceder a los Blancos
las madres hermanas esposas los colmaron de besos
y cuando Nadia explotó en febril imploración
Volodia deseaba rescatar el aire
la ciudad toda parecía estremecer
en un coro colectivo entonando La Internacional.

(de  “En los límites del día”, inédito)




Juan Diego Velásquez (Medellín, 1958). Poeta y crítico de cine. Ha publicado sus
textos en diarios y revistas. Es el biógrafo de Julio Flórez Roa y dicta cursos y talleres
de escritura creativa en Medellín.